Ayer, mientras dormía, decidí que ya era hora de dejar salir estas palabras que están perforando mi mente y desgarrando mi alma. Hay algo oscuro en la forma en la cual el viento lo cambia todo. Solo con pensar en el me siento como una vulnerable hoja caída que, secándose por el inexorable, imperdonable, insoportable paso del tiempo y a la espera de una pronta desintegración, vuela en un torbellino de implacable color azul que no hace otra cosa que devolverme de nuevo a la esencia de la vida. Siento que el mañana es un lienzo en blanco y que el pasado es un barco en llamas. Creo que el presente es la rueda de una bicicleta que gira por el mundo en busca de una verdad tan profunda y necesaria, que tan solo cerrando los ojos y callando la mente puede llegarse a ver. Todo lo existido es un compendio de materia que decidió asociarse de manera graciosa para así hacer mas llevadera la pesada carga de la eternidad. Y qué decir de la energía...tan sutil y escurridiza que aunque sepa que la tengo delante, soy incapaz de percibirla. Es como si todo quisiera juntarse de nuevo para después volver a estallar en una caótica danza de hermosura y creación. Cuando al fin llegué al final del arco iris, me di cuenta de que el verdadero tesoro era el hecho de haber avanzado en su búsqueda. No desesperéis amigos míos, la vida esta siempre dispuesta a enseñarnos algo nuevo. Javi.
